loader image

Luis “Kike” Mejías: “El deporte me ha enseñado la lealtad, la amistad y a no darme por vencido”

Luis Enrique Mejías Alvarado, común y cariñosamente conocido como “Kike Mejías” o simplemente “Kike”, conversó con el departamento de prensa de Gladiadores de Anzoátegui y, literalmente entre llantos y risas, dio a conocer un poco acerca de su historia como profesional y como ser humano…

Actual preparador físico de la Armadura Anzoatiguense, creador de la popular frase “¡Vamos, GLA!” y, entre tantas características y cualidades que lo definen, una de las principales es su buena actitud.

Y es que lo que se escucha en los pasillos del Gimnasio “Luis Ramos”, es “¡Qué energía tan bonita la de ese señor!”, “¡Qué buena aura la del señor Kike!”, entre otras cosas. Y ¿cómo no? Si desde que sale de su casa, hasta que llega a cualquier lugar, se mantiene saludando, dando los “¡buenos días!”, bendiciendo, y repartiendo buenas vibras.

Pero, antes de entrar de lleno en materia personal, conozcamos la trayectoria deportiva de Kike Mejías desde sus inicios hasta nuestros días…

Estudió en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador de la ciudad de Maturín, conocida como “la UPEL”. Y se graduó en el año 2000 como Licenciado en Educación Física, especializado en la disciplina de baloncesto.

“A raíz de eso, fungí como coach durante un tiempo, y siempre tuve inclinaciones hacia la preparación física”, cuenta Kike.

“Realicé todos mis cursos Gatorade de preparación física, acondicionamiento físico y métodos de entrenamiento cuando los dictaban en Caracas. Y allí fue cuando me especialicé. De ahí en adelante, tomé esta pasión como carrera y, con toda la base que ya traía de la educación física que estudié, comencé a llevar a cabo mis servicios dentro del Deportivo Anzoátegui”, agregó.

Deportivo, Marinos, Petroleros y Gigantes

En el 2008, un año después de la celebración de la Copa América, comenzó a trabajar con las divisiones menores para luego pasar al primer equipo y mantenerse allí hasta el 2010.

En el año 2011 entró a trabajar con Marinos de Anzoátegui hasta el año 2015. Y del 2015 al 2018, regresó al fútbol profesional con Petroleros de Anzoátegui y, nuevamente, con el Deportivo Anzoátegui.

En 2019 retomó su carrera baloncestista con Gigantes de Guayana. Y allí estuvo hasta 2021 destacando que, también, participó en ambas Burbujas (por el tema pandemia).

Gladiadores de Anzoátegui y las ventanas de la BCLA

En el año 2022 comenzó a trabajar en la organización de Gladiadores de Anzoátegui y allí se ha mantenido hasta la fecha.

Pero si de las ventanas de la BCLA debe hablar, “solamente con el hecho de ser parte del equipo que está representando a tu país, ya es algo sumamente importante y que marca tu carrera de alguna manera. ¿Por qué? Porque varias veces quedamos campeones”, recuerda Kike.

“Yo quedé campeón con Marinos, pero nunca se viajó a lo que antes se llamaba la Liga Suramericana o la Liga de las Américas. Ahora, cuando Gladiadores quedó campeón ahorita en 2023, el equipo tuvo la muy buena idea de jugar una copa internacional, la prestigiosa Copa BCLA”, explicó.

Asimismo, con gran satisfacción rememora que fue una gran experiencia estar en Nicaragua, México, etc. Incluso, destacó que “en México se me abrió una puerta y, lastimosamente, no pude aprovecharla por estar aquí con el equipo (Gladiadores)”.

“Cuando tú sales e internacionalizas tu trabajo, es una gran vitrina porque, de ahí en adelante, te pueden mirar otras personas. Y eso me sucedió a mí. Tuve la oportunidad de que un equipo de México conversara conmigo y, desafortunadamente, como te comenté, no pude aceptar la oferta. No me arrepiento para nada, era la decisión que tenía que tomar. Igual, queda la satisfacción de que te están tomando en cuenta a ti y a tu trabajo”, expresa.

Aparte, Kike recuerda con orgullo a los jugadores que participaron en esa ventana, en especial, los importados.

“Jordan Crawford estuvo con nosotros, un ex NBA que jugó muchísimo, y me hizo saber que estaba súper contento con mi trabajo. De hecho, todavía me escribe”, cuenta.

“Me pasa aquí con la liga. Y siempre me ha pasado… Los jugadores, gracias a Dios, quedan satisfechos con el trabajo que realizo. Y por eso siempre se mantiene la amistad y hasta quedan pidiéndome consejos referentes a algún tema para trabajar”, recalca.

“Aquí tengo hijos. En el baloncesto tengo muchos hijos. Uno de ellos, por ejemplo, es Santiago Materán, de quien estoy sumamente orgulloso por la carrera que ha desempeñado. Yo he estado con él desde el primer día en que llegó aquí a Puerto La Cruz, en 2014. Es un hijo. Hasta me pide la bendición. Y si me pongo a nombrar a todos esos muchachos que han pasado por mis manos y a quienes considero una familia, pasaría toda la tarde aquí hablando”, refiere entre risas.

Un apasionado

Kike Mejías confiesa ser un “enamorado” de su carrera, pues asegura que “yo pongo todo el amor en lo que hago todos los días, porque eso es lo que uno tiene que proyectar, que te guste lo que estás haciendo. Y eso me ha dado muy buenos resultados”.

“Esto es una pasión. Siento que me pagan por algo que amo. ¡Y eso es lo bueno! Me siento feliz en esta familia llamada Gladiadores de Anzoátegui y en la liga como tal, porque, dentro de todos los equipos que vienen a jugar para acá (Anzoátegui), por lo menos encuentro a dos o a tres jugadores que han pasado por mis manos. Me abrazan, me quieren llevar a cenar, les dicen a mis hijas “hermanitas”, en fin… Es algo bellísimo, porque son satisfacciones que el dinero no las puede comprar”, reflexiona.

Beach tennis

Lisandro Altieri, a quien Kike considera su “hermano del alma”, fue la persona que, si se quiere, indujo al preparador físico a que se adentrara al mundo del nuevo deporte sensación denominado beach tennis.

Incluso, admite que, en un principio, se negaba por completo por creer que sólo se trataba de una moda pasajera.

“El hijo de Lisandro juega beach tennis y es ranqueado nacional. También juega pádel.  Y él (Lisandro) tenía mucho tiempo insistiéndome que asistiera a los partidos. Y yo estaba totalmente negado porque todo lo que yo hago, me lo tomo muy en serio por mi profesionalismo. Y yo veía esta disciplina como una moda más que como un deporte que fuera a convertirse en profesional. Y eso era lo que me tenía pensativo”, enfatizó Kike.

Sin embargo, el señor Lisandro le mencionó que su hijo quería “saltar al profesional”, a lo que Kike le respondió:

—¡Ah! Así, sí. ¡Vamos a comenzar a trabajar!—

A raíz de ese hecho, trabajó durante tres semanas con el hijo del señor Altieri y, en vista de su destacado desempeño en un campeonato llevado a cabo en Ciudad Bolívar, el nombre de Kike Mejías dentro de esta nueva tendencia comenzó a cobrar mucha más fuerza y, a partir de allí, varios jóvenes de acá de la zona, entre ellos, la campeona nacional Camila Di Filippo y Michelle Alameh, se convirtieron en alumnos fijos del profesor Kike.

“Ahora tengo a más de 14 jugadores en mis manos con los cuales estoy trabajando el beach tennis; todos ranqueados a nivel nacional”, especificó.

Además, hace especial énfasis en la importancia de las redes sociales para dar a conocer el trabajo que lleva a cabo.

“Se han estado escuchando varias cosas como, por ejemplo, mi presencia en la selección nacional de Venezuela”, dijo Kike. Y esto, debido a que, en el país, es el único entrenador que está ejecutando tal labor.

¡Hora de hablar de KTS!

Kike Training System describe el sistema de entrenamiento propio y característico de Luis “Kike” Mejías “basado en muchas cosas que he aprendido en la vida”.

“Por ejemplo, yo quería experimentar el funcional crossfit, entonces entrené durante cinco meses para aprenderlo y llevarlo a mi sistema de entrenamiento. Es decir, quedarme con lo que me gusta, y desechar lo que no”, explica Kike.

“Entonces, todas esas cosas que he aprendido en esas diversas disciplinas, las estoy implementando en una sola modalidad. Y casi todas tienen las mismas bases fundamentales de trabajo. Es una fusión. Por eso se llama KTS. Un sistema único de entrenamiento”, añadió.

Caribes

Kike Mejías estuvo en la academia de Caribes de Anzoátegui entrenando a varios jugadores del equipo grande que estaban lesionados y, cuando el equipo viajaba, el preparador se quedaba con los jugadores que no asistían (bien sea lesionados o porque estaban trabajando en su forma física).

“Esa época me llenó de satisfacción y me brindó experiencia, pero no es el ambiente que me gusta. El béisbol no me apasiona… Me gusta, pero no como el basket, como el fútbol, como el beach tennis, etc.”, admite.

Dentro del deporte… ¿A quién admira y por qué?

“Vamos a comenzar diciendo que soy un Ronaldinho lover. Para mí, ver a Ronaldinho cada fin de semana, era una fiesta. Amo a Ronaldinho por encima de todos los jugadores de fútbol.

¡Soy de Michael Jordan a muerte! Me parece absurdo comparar a Jordan con Lebron James. ¡No existe! ¡No hay comparación!

Aparte de eso, admiro muchísimo a dos personas a quienes la vida me dio la oportunidad de entrenar, y a quienes también considero grandes personas y grandes amigos: Óscar Torres y Ernesto Mijares.

Óscar Torres: Fui su preparador físico personal. Y sigo siendo su amigo. ¡No hay, ni van a existir dos Óscar Torres!”.

Son dos personas que, si no hubiesen sido jugadores de baloncesto, todo lo que hubiesen hecho en la vida, les hubiese salido bien, porque son buenas personas.

Yo lo primero que veo en la vida, es que las personas sean buenas. Después tú puedes ser el ingeniero, el barrendero, el abogado o el que vende las verduras. Pero, para mí, que me inclino hacia una corriente de vida humanista, lo principal es ser buenas personas. ¡Y estos dos tipos son “a una”!”.

Y… ¿fuera del deporte?

“La primera persona a la que yo admiro, es a mi mamá. Mi mamá sigue siendo todo en mi vida.

Cuando todo se ponía difícil, ella era la que me abrazaba.

Cuando nadie creía en lo que yo hacía, porque siempre fui un enamorado del deporte (desde niño), mi mamá era quien me apoyaba.

No creo que haya un ser más grande que mi vieja Yirama Alvarado. A ella le debo lo que soy.

Todos los días hablo con ella y, todavía, cuando tengo problemas, me aconseja.

Creo… Creo no, estoy seguro de que yo soy buena persona por ella. Porque nunca me inculcó odio, al contrario, cuando me echaban cosas malas, ella me decía:

—¡Tranquilo, papi! Perdónalo. ¡No pasa nada! ¡La vida sigue adelante!—

Yo soy sumamente positivo por mi vieja. Porque eso fue lo que ella me enseñó.

Es inconmensurable lo que yo siento por mi mamá. ¡Es ella! ¡No hay otra! El gran amor de mi vida, es mi mamá.

Ella fue la que nunca dejó de creer en mí. Y mira que yo he cometido errores en la vida…  Pero nunca dejó de creer en mí. Siempre me dio ese espaldarazo.

Con muy poco que teníamos, porque recuerdo que vivimos situaciones muy difíciles económicamente, siempre nos levantaba el ánimo.

Yo veo “La Vida es Bella” y me acuerdo de mi mamá porque, dentro de las muchas cosas malas, ella nos hacía ver que todo era un juego y que eso iba a pasar

 Siempre nos decía:

—Esto va a pasar—

Y es así, ¡todo pasa! Lo bueno, lo regular, lo malo, las victorias, las derrotas, y mi mamá siempre me enseñó eso…

—¡Levántate, papi! Sacúdete y dale. ¡Que voy a ti!—

Y por eso es ella, más nadie. ¡La mejor! ¡La número 1!”.

Un comunicador nato

Kike estudió Comunicación Social hasta el cuarto semestre y cuenta que no pudo continuar porque era profesor a tiempo completo en la Universidad de Oriente (UDO) y no le daba chance de estudiar.

“Tuve un programa de televisión en TeleCaribe por espacio de cuatro años, por esa razón es que yo colaboro mucho con todo aquel que me viene a entrevistar, con el que muestra interés, porque sencillamente yo estuve de ese lado. Y sé lo que se siente cuando te rechazan o te dicen que no”, destaca.

Y entre carcajadas, recuerda que “siempre fui un deportista atípico. Porque no me gustaba vestirme ni comportarme como deportista. De hecho, cuando estudiaba en la universidad, no me comportaba como un estudiante de educación física. Me comportaba como un estudiante universitario. Y siempre me preguntaban:

—¿Qué estudias tú? ¿Inglés, matemáticas?—

—No. Yo estudio educación física. ¡Orgullosísimo!—

Surf

Kike también se autodefine como un amante del surf, pues siente un profundo amor por el mar, la playa, las olas, etc.

“Me gusta vestirme como playero. Como lo que soy. Soy de la orilla de la playa. Y esa es mi esencia”, dice.

“Soy de Guanare, estado Portuguesa, pero al año me trajeron para acá (Anzoátegui) porque mi papá es de aquí. Soy más oriental que Coro Coro frito, juego truco, hablo oriental. Nadie me va a decir que soy caraqueño, llanero, andino, ¡naaahhh!”, asegura entre risas.

¿Qué es el deporte para Kike Mejías?

“¡Ay, chamo…!

Decirte que es mi vida, es poco.

Tan es así, que yo nací el día del deporte: el 6 enero.

Mi papá fue profesor de educación física también y, en mi casa, los juguetes eran pelotas, bates, guantes, etc.

Yo me ponía los uniformes grandísimos de mi papá, inventaba aros de basket, canchas de fútbol y bates con el palo de la escoba. Y me pegaban con los mismos palos porque los rompía.

Rompí 500 mil adornos de mi mamá, chutando, bateando y corriendo.

Yo adoraba que pulieran los pisos de la casa para tirarme de cabeza.

¡Era una locura!

¡El deporte es mi vida!

Todos los días tengo que entrenar. Por ejemplo, hoy (día de la entrevista) no fui al gimnasio y me fui al camerino. Y como tengo mis cosas (de entrenar) allá, comencé a entrenar para compensar.

De igual forma, como vivo en una urbanización de puras subidas, empiezo a correr mis subidas. Si no, me voy al Cerro El Morro. Amo el cerro del Morro; para mí ese cerro es parte de mi vida. Es fundamental, y el deporte es eso, vida”.

¿Qué le ha enseñado el deporte a Kike Mejías?

“Lealtad

Porque tú para jugar en un equipo, tienes que ser leal. Tienes que jugar para tu equipo. Tienes que tener sentido de pertenencia.

Amistad

Porque la gran mayoría de mis grandes amigos, vienen del deporte. De tanto compartir, de tanto viajar, de tanto conversar…

A no darme por vencido

Porque cuando yo no la metía, bien sea en basket o en fútbol, los dos deportes que he jugado profesionalmente, iba todas las mañanas y lanzaba un arito por mi casa en Pozuelo, porque soy de Pozuelo. Y lanzaba y lanzaba y lanzaba, con mi hermano Hermis Peñaloza, hasta que nos salieran los tiros”.

Tres anécdotas chistosas, entre miles

Cuando Kike era un rookie en Marinos, en el año 1991, Anthony Mason, difunto jugador NBA y parte de la plantilla para aquella época, pensó que era un utilero, y le pidió que le buscara las botas…

“Eso ocurrió porque yo no parecía un jugador de basket: blanquito, chiquitito, etc. Y le tuvieron que decir:

—Mira, él es un juvenil del equipo—

Y todo el mundo murió de la risa”, recordó.

Asimismo, relató que le tocó jugar contra su hermano cuando pertenecía a la plantilla del equipo de Guácharos de Monagas y, este último, representaba a Anzoátegui en la liga superior.

“En una de esas, me tocó marcarlo. Y él a mí, y mi mamá estaba que se moría en la tribuna”, dijo.

Otro momento chistoso que le agrada recordar, es cuando le tocó venir a Anzoátegui a jugar y, en las gradas, se encontraban sus tías.

“Me hicieron un foul duro, y tuvieron que aguantar a una de mis tías (Lidia) porque se iba a meter a la cancha a agarrar a golpes al jugador.

“Mi tía como que:

—¿Ustedes creen que yo le doy comida a ese muchacho para que me lo vengan a j%$#*r así?—”, contó a carcajadas.

Momentos no tan buenos…

Todavía siendo un rookie en Marinos, debido a una situación ocurrida dentro del equipo y muy al margen y ajena a él, la gerencia lo citó a conversar para comunicarle que ya no continuaba con el conjunto.

“Hasta ahí cumplí mis servicios con Marinos. Eso me dolió y me pegó porque trabajé duro para estar ahí. Estuve, lo disfruté, ¡pero bueno! Como te dije, ahí estaba mami para decirme:

—Dale, ¡echa pa’ lante!

Y tuve otros equipos.

Pero sí, reconozco que ese momento, fue muy duro.

Además de ese episodio, le tocó vivir otro bastante doloroso, ya que, cuando falleció su padre, Luis Enrique Mejías Silva, Kike se encontraba en Brasil.

“Regresé para cubrir la temporada 2013 como preparador físico de Marinos y, en uno de los partidos, le hicieron un minuto de silencio a mi papá aquí en el “Luis Ramos”, porque él también fue jugador y entrenador. Fue sumamente triste para mí. Mi papá fue el que hizo que yo me enamora de todo este rollo”, rememora.

“¡Ah! Y otro momento triste de mi vida deportiva, fue cuando Ronaldinho dejó de jugar”, recordó entre risas.

¿Qué es la familia para Kike Mejías?

“¡Es lo número 1!

Yo te digo algo… Uno siempre tiene motivaciones para hacer las cosas. Y mi principal fuente de motivación, es mi familia. Y hago lo que sea por ellos.

Yo hice cosas y trabajé en cosas que en mi vida pensé que iba a trabajar, sólo por mi familia. Porque yo, en el 2019, era profesor de la Universidad de Oriente. Pero, cuando hubo la devaluación, me tuve que ir a trabajar a los Estados Unidos como obrero. Dejando atrás 19 años de carrera profesional.

Mi hermano era caporal jefe de una obra de construcción en Miami, y como yo tengo visa, lo llamé y le dije que por favor me enviara un pasaje para irme, y ¡fue lo más duro!

Y te doy este ejemplo justamente para afirmar que hago lo que sea por mi familia.

¡No fue fácil! Fue una decisión muy dura porque duré mucho tiempo sin ellos, sin verlos, y estaba en un trabajo que en mi vida imaginé que iba a hacer.

Era ayudante de albañil; llegué con calor y terminé trabajando a 1°C. ¡Fue horrible! Porque si hubiese estado trabajando a 1°C en una cancha, no hubiese tenido problemas. Pero estaba cargando sacos de cemento, bloques y batiendo mezcla.

Sin embargo, primero le doy gracias a Dios porque pude llevar el pan a mi casa durante esos meses. Y ¡mira de qué manera!, porque cobraba muchísimo para lo que estaba acostumbrado.

Pero mi familia es lo fundamental en mi vida. No dejo que nadie la toque. Soy sumamente celoso con mi familia y con mi vida personal.

Y cuando digo “familia”, me refiero a: mis hijas, mi esposa, mi mamá, mi hermana y mi sobrina… Imposible que me las toquen, porque soy el único varón y tengo que velar por ellas”.

El capítulo más duro en EE.UU.

Luis confiesa haber hecho cosas fuertes, cosas que “nunca pensé que sacarían esa fuerza que hay en mí”, pues resulta que un día, trabajando en la construcción antes mencionada, le tocó cargar más de 300 bloques.

“Tuve que moverlos a casi una cuadra, cargándolos de 2 en 2. Las manos me quedaron que no las podía enderezar. Y todo, porque a mi jefe se le ocurrió, como yo era venezolano, era educado y él no, agarrarla conmigo, y me dijo:

—Tienes que hacerlo—

Y yo, llorando, lo hice… ¡Pero lo hice! Me llené de valor y dije:

—¡Soy un tipo y aquí estoy! ¡Este soy yo!—

Al día siguiente, tuvo que llevar a cabo una faena similar, y con las manos destrozadas desde el día anterior.

No obstante, a partir de allí, comenta que todo cambió. Su jefe comenzó a respetarlo gracias al hecho de haber realizado el trabajo cuando, en realidad, creía que iba a renunciar.

“Después todo era:

—¡Epa, venezolano! ¡Vamos a almorzar! Esto, aquello… Pero, antes de eso, era un “x” para él”, explicó.

¿Qué opina Kike Mejías de la “constancia”?

“No hay gloria si no hay constancia. No hay triunfo si no hay constancia.

Si nosotros nos dejamos caer luego del primero golpe que nos damos, estamos mal.

Tienes que seguir para adelante y darle…

Hay una gráfica que a mí, desde niño, me marcó. Y te cuento cuál es…

Los almanaques antes traían chistes en la parte posterior. También reflexiones y refranes.

Un día me encontré una gráfica de analogía acerca de la constancia.

Eran dos mineros. Uno arriba y uno abajo. Rompiendo la montaña. Uno desistió. El otro siguió. El que siguió, encontró el oro mucho más lejos del que desistió. Y el que desistió, tenía el oro a un solo martillazo.

Entonces eso me quedó grabado para siempre y justo eso traduce lo que es la constancia para mí.

Tienes que darle porque, al final del arcoiris, está tu premio. Pero tienes que darle duro. Tienes que pasar montañas, ríos, piedras, lluvia, etc. Pero, al final, siempre está el triunfo. Yo lo he visto y lo he vivido”.

Un hombre agradecido y con un propósito altruista

Casi todo el mundo se pregunta cómo hace Kike Mejías para, todos los días del mundo, mantener el buen ánimo, tener una sonrisa en el rostro y ofrecerle una palabra de aliento a cualquiera de sus semejantes.

Y es que, muchas veces, para él es mucho más importante el prójimo y su bienestar por encima de sus propios sentimientos, intereses y necesidades. Y es una percepción en común.

Nadie sabe si Kike un día amaneció triste o simplemente desanimado, porque puede suceder en vista de que es un ser humano, como todos nosotros…

Sin embargo, lo que sí es seguro, es que por cada sitio que transita, derrocha una energía poderosa y una onda positiva que le compone el día hasta al gato.

“Mira, yo al despertarme, sólo le doy gracias a Dios…

Te voy a decir algo, yo soy sobreviviente de un infarto.

La vida me cambió muchísimo a partir de allí, pero ya yo era así. Y eso reafirmó más lo que yo era.

Y por eso yo todavía me levanto con la certeza de que va a ser un día buenísimo.

Empecé con una persona pero, ahora, no sé a cuántas ayudo a diario.

Al principio, era una tarea. Pero ya se convirtió en una vocación. Ya sale solo. Ya es automático, y en diferentes maneras.

Yo pienso que, con un abrazo, con una palabra de aliento, con un “¡tranquilo!, que todo va a salir bien” y teniendo buena vibra a diario, puedo hacer mucho. De hecho, hago mucho.

Incluso, te cuento que, hace tiempo, alguien me dijo:

—Tú viniste aquí a ayudar a la gente—

Y ese es mi propósito de vida”.

De igual manera, sostiene que no se puede ayudar a nadie desde una actitud negativa porque, en definitiva, no estaría trabajando en producir algún positivo en esa persona.

“Porque yo te puedo decir en este momento que todo está chévere y tal, pero tú sabrás que te estoy mintiendo y que esas palabras no son reales ni desde el corazón. Sólo de la boca para afuera. Y he tenido detractores… ¡Es normal! Personas que piensan que mi discurso es rebuscado, pero luego, al conocerme, dicen:

—Este tipo tenía razón—

Y cambian totalmente su definición de mí”, aclara Kike.

Ikigai

“Hay un término que utilizan los japoneses, que es “Ikigai”, cuyo significado establece que siempre tienes que tener un propósito de vida. Y yo soy fan de ese concepto.

De hecho, IKIGAI TEST lo define como:

Ikigai es un concepto japonés que combina dos palabras: “iki” que significa vida y “gai” que significa “propósito”. Es similar al concepto francés “Raison d’être” o “razón de ser” y básicamente se refiere a tener un motivo para levantarte por la mañana, y eso se logra al encontrar y vivir tu verdadero propósito.

Daniel Habif

“Todos los días escucho a Daniel Habif. ¡Ese tipo es un monstro!

Para mí, ha sido parte fundamental de lo que yo soy porque, desde que lo conocí y comencé a profundizar en sus mensajes, aumenté mi capacidad de ser un mejor ser humano”.

Un libro

“No es cuestión de leche, es cuestión de actitud”, de Carlos Saúl Rodríguez… El cual considera: Su libro de cabecera.

Mensajes de parte de su familia…

Einara (Esposa)

“¿Mi esposo? Es un hombre de familia, con una entrega y un amor inmensurables. Un padre cariñoso, divertido, consentidor… ¡Y a veces cómplice!

Después de casi 20 años de amor inquebrantable, lo volvería a elegir una y mil veces más. ¡De seguro! Para construir juntos nuestro proyecto de vida, donde el día a día transcurre entre risas, almuerzos exquisitos (porque cocina como los dioses) y conversaciones de mucha sabiduría… Motivándonos a nuestras hijas y a mí a ser nuestras mejores versiones.

¡Soy bendecida por compartir con él y por estar junto a él!

Siento un profundo orgullo al presenciar, a lo largo de tantos años de carrera deportiva impecable, como lo estiman todos los que, en algún momento, compartieron con él…

Lo amo infinito, y quisiera terminar con nuestra frase predilecta: ¡Siempre juntos, amor mío! ¡Bebé mío!“.

Camila (Hija mayor)

“Mi papá es mi apoyo incondicional, mi guía y mi mayor inspiración. Su amor, su dedicación y sus sacrificios son tesoros que valoro más de lo que las palabras pueden expresar.

Su presencia en mi vida ha sido fundamental en mi crecimiento y en mi desarrollo como persona.

Cada enseñanza, cada sonrisa compartida y cada abrazo han dejado una huella imborrable en mi corazón.

Admiro su fuerza, su valentía y su sabiduría, y siempre trato de seguir su ejemplo en todo lo que hago.

No hay palabras suficientes para agradecerle todo lo que ha hecho por mí.

Su amor incondicional es un regalo invaluable que atesoro con todo mi ser.

¡Gracias por ser mi héroe, mi confidente y mi amigo!

Eres una parte esencial en mi vida, y no podría imaginarla sin ti.

Espero que nunca dudes de lo importante que eres para mí y que siempre recuerdes cuanto te amo y te quiero”.

Ana Paula (Hija menor)

“Mi papá puede significar muchas cosas para mí. Y una de esas cosas es que es un héroe, porque siempre está ahí para protegerme y para cuidarme.

También es un amigo porque, más allá de ser mi papá, también es alguien con quien disfruto pasar el tiempo y compartir mis sentimientos y pensamientos.

Él, para mí, es una fuente de inspiración. Porque su vida y sus logros me motivan a perseguir mis propios sueños y metas.

Tengo mucha suerte de que él sea mi padre, porque siempre ha estado cumpliendo todo lo que le he pedido.

No hay nadie como él, y eso es lo que lo hace más valioso.

Desde que era muy pequeña, siempre lo vi como mi héroe, como un maestro de vida, ya que, a través de sus enseñanzas y sus consejos, he aprendido lecciones valiosas que me acompañarán para siempre.

Él siempre va a ser mi compañero de aventuras porque, con él, compartí muchos momentos valiosos y divertidos.

Lo amo mucho y tengo mucha suerte de tenerlo como padre”.

Publicado: Thursday, Aug 15

1 Comment

  1. Ricardo

    Muchas felicitaciones al equipo de prensa por tan bonita nota sobre mi Tío Kike. Excelente como fueron abordando cada uno de los temas, muy agradable y emocionante la lectura. Por cierto, soy el nieto de la Sra. Lydia y que risa me dio leer dentro del articulo la mención de ese cuento tan popular entre la familia jajajaja un abrazo para todo el equipo. Vamos Gladiadores

    Reply

Submit a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *